El Señor hizo un hermoso jardín para que el hombre viviera en él. El jardín, llamado el Edén, estaba lleno de muchas cosas maravillosas. Crecían hermosas flores por todas partes. Los pájaros cantaban en los árboles, corrían arroyos por el valle y los animales se paseaban por los campos.
Dios había hecho al hombre a Su imagen para que lo acompañara y cuidara el mundo. Dios trajo los animales a Adán, pero se sintió afligido por Adán. "Ninguno de estos animales es realmente como él", pensó Dios, "Adán necesita a alguien para compartir su vida. Alguien que lo cuide y a quien cuidar".
Esa noche Dios tomó una costilla del costado de Adán e hizo una mujer. Cuando Adán se despertó la mañana siguiente encontró a Eva, dormida a su lado. Adán se alegró mucho. Tomó su mano y ella despertó. Eva miró a Adán y sonrió.
JOSUÉ Y LA BATALLA DE JERICÓ
Para solicitar el envío de este material
Dios había hecho al hombre a Su imagen para que lo acompañara y cuidara el mundo. Dios trajo los animales a Adán, pero se sintió afligido por Adán. "Ninguno de estos animales es realmente como él", pensó Dios, "Adán necesita a alguien para compartir su vida. Alguien que lo cuide y a quien cuidar".
Esa noche Dios tomó una costilla del costado de Adán e hizo una mujer. Cuando Adán se despertó la mañana siguiente encontró a Eva, dormida a su lado. Adán se alegró mucho. Tomó su mano y ella despertó. Eva miró a Adán y sonrió.
JOSUÉ Y LA BATALLA DE JERICÓ
Jehová había elegido a Josué para guiarlos a la Tierra Prometida. Entonces Moisés le dijo a Josué: “No tengas miedo. Jehová te va a ayudar”.
Jehová le dijo a Josué: “Cruza el río Jordán y entra en Canaán. Yo te ayudaré, como ayudé a Moisés. No te olvides de leer mi Ley todos los días. No tengas miedo, tienes que ser valiente. Ve y haz todo lo que te he mandado”.
Josué envió dos espías a la ciudad de Jericó. Cuando los espías regresaron de Jericó, informaron que era un buen momento para entrar en Canaán. Al día siguiente, Josué le dijo a la nación que levantara el campamento. Primero, envió al río Jordán a los sacerdotes que llevaban el arca del pacto. El río estaba muy lleno, pero tan pronto como los pies de los sacerdotes tocaron el agua, el río dejó de correr y se secó. Entonces los sacerdotes caminaron por el fondo seco del río. Al llegar a la mitad, se quedaron allí hasta que toda la nación de Israel cruzó a la otra orilla.
Después de todos esos años, los israelitas por fin llegaron a la Tierra Prometida. Ahora ya podrían construir casas y ciudades. Podrían cultivar campos, viñedos y huertos. Era una tierra en la que había leche y miel.
Para solicitar el envío de este material
EN DVD´s O PENDRIVES RECARGABLES...
escríbanos a arcondeclasicos@gmail.com o WHATSAPP 343-5247781
No hay comentarios :
Publicar un comentario